Acá publico mis producciones escritas. Las entradas están ordenadas cronológicamente. Bienvenida su curiosidad ❤
Entrada destacada:
Entrada destacada:
Entrada destacada
Las cosas se rompen
* Las cosas se rompen, admitámoslo. Cada vez que planeamos algo, una suerte de brisa cósmica conspira en nuestra contra y todo empieza a sal...
miércoles, 20 de noviembre de 2013
3102
Tus letras son un mar,
y en el cielo un sol nos acaricia
-lentamente-.
Es domingo, te veo, sonrío.
Es martes y no dejo de asombrarme.
Al final, todas las hojas son del
(plagio)
No podés competir
-las drogas te consumieron-.
Y con ellas la luna,
acorralada.
Te acordás:
te buscan, en otra parte,
nada más.
Es lo único que te pido, hoy.
Un beso, un descanso, un poco de paz, y agua
que seduzca tu piel y la extienda por los siglos,
que tu perfume dure hasta que
Ya está el café con leche,
no te olvides de lavar la taza.
*Emi.
lunes, 11 de noviembre de 2013
11^2
Amo cuando la sombra ocupa tu mirada, Emi;
cuando la música impregna tu ser y lo eleva hasta lo inquebrantable.
Amo tu despertar, tus sonrisas, tus miedos.
Por sobre todo, amo tus alegrías.
Y aún más amo aquello que sorprende al mundo:
lo tuyo que ya no es tuyo, si no del otro.
Amo tu poca entrega, tu egoísmo salvaje, tu caos tan ordenadito, tan limpito.
Amo que seas tan innecesario al mundo,
que lo descubras con indiferencia
y que lo ocupes tan descuidadamente.
Amo tu malestar, tus dolores, tus crisis tan estúpidas.
Amo tus atardeceres. y amo cuando la noche te habita,
cuando el alcohol te quema,
cuando bailás al tempo de la luna,
de los planetas,
de los dioses
y del café con leche.
Y tus primaveras, tus dieciséis de noviembre.
Tu 1994.
Te amo desde que naciste y desde que te fuiste para otros lados.
Te amo cuando llegás a casa,
y cuando te olvidás de casa.
Te amo en tus caminos
y en tus caídas.
Pero te odio,
profundamente,
cuando escribís sobre vos
y todo lo que te pasa.
A nadie ayuda,
a nadie conmueve
una flor tan quieta,
un viento tan inerte.
*Emi
viernes, 8 de noviembre de 2013
Las necesidades (o cómo sobrevivir un viernes a la noche)
El "te necesito" es una verdad. Es una realidad concreta, accesible y totalmente aceptable. Dependemos de cuánto amamos y amamos toda cosa de la que dependemos. Y la razón nos dice que no, que el corazón sufre menos si no nos atamos entre nosotros. Pero ¿quién sería capaz de encontrar un lugar tan abstracto y tan inasible como la total libertad? Creo, firmemente que la libertad es inalcanzable, porque la libertad somos nosotros, buscándonos. Y el día que nos alcancemos, que nos encontremos a nosotros mismos, no vamos a ser más nosotros, y en el peor de los casos, vamos a estar muertos. Hipócritamente, en la calle, encontré algo: la vida es un eterno cambio, una búsqueda desesperada, una carrera que no tiene inicio ni meta. La vida es una paradoja, enorme, inconmensurable, inconcebible. Y una vez que lo escribiste, un viernes a la noche, cansado y comiendo un lomito que SÍ te merecés, te das cuenta que el arte también es una mentira, enorme, inconmensurable. El arte es un placebo. Pero también es necesario. Como los amigos, o el humor, o la naturaleza, o el café con leche.
Escuchás música porque la necesitás, la recordás y la amás. Porque a veces no somos valientes, a veces nos cagamos. A veces no nos decimos las cosas, a veces hay secretos, mentiras, consuelos falsos y reverberaciones. Y escuchás música porque te salva. Porque no tenés otra, porque sos mediocre. Y encima, querés creer que no, que la vida es más, y te la complicás demasiado. En realidad no servimos para nada -menos nosotros, los "músicos", los "poetas"-, no hacemos nada productivo, no ayudamos realmente a nadie y el amor que damos nunca es suficiente.
- Pará un poco, quien lea hasta acá va a pensar que sos otros de esos que ven el vaso vacío (ni siquiera medio vacío). No seas extremista. Ni escribas cosas innecesarias. -
Pero igualmente abrazás, comprás galletitas y detergente. Caminás una cuadra más para ver a tus amigos, te quedás mirando una flor, o los perritos de la vidriera. Te escondés y asustás a tus hermanos. Te buscás los sábados a la mañana, te despertás mal y decís "Hoy va a ser un gran día". Te comprás medicamentos, vas al médico, no asumís la culpa y puteás a los profesores. Agradecés por la compañía, por la amistad y por la confianza. Te comprás un lomito un viernes a la noche y lo disfrutás mucho. Escribís un par de boludeces y te vas a dormir. Bien, con una sonrisa complaciente.
*Emi
Suscribirse a:
Entradas (Atom)