No es la soledad la que convoca al hastío
de los días,
del caminar;
ni tampoco el goce eterno de las flores,
del viento,
de la montaña azul.
Es solo el suspiro del tiempo,
llamando, lentamente,
a los meses, las horas
y a los dioses:
te buscan
en otra parte,
nada más,
y hay que saber escaparse.
*Emi
No hay comentarios:
Publicar un comentario