*
La piel se abre
desgarrándose los bordes
para dar lugar
a lo nuevo.
cae líquido viscoso por todas partes
el olor no se soporta
crecen granos
se adormece el sexo.
una oscuridad profunda nos rodea
deja ver cosas
a la distancia.
las mentes y los cuerpos se confunden
quien es quien?
donde es cuando?
allá a lo lejos en el mar
del otro lado
nos espera la inevitable respuesta:
todo es amor, todo es lenguaje.
una vez más los planetas no se alinearon
habrá otras oportunidades,
mientras tanto caminar en los desiertos,
en las bahías con delfines,
en los campos minados de acai.
viajar es viajar adentro
un agujero negro
la sonrisa de un amigo:
así es la vida, todo cambia,
todo todo,
no una parte,
todo todo,
no una etapa.
la piel se desgarra porque adentro
se nos parte un cristal
que venimos cuidando y descuidando,
y así.
pedimos perdón por lo largo del poema,
no queremos pasar vergüenza,
nosotros,
los abandonados.
pedimos perdón por lo corto del poema,
no nos salen las palabras
sino en vagas metáforas,
traducciones inexactas,
de algo que no aprendimos,
que no vamos a aprender,
todavía.
las cosas se repiten:
son las mismas,
pero ahora muestran su otra faceta
aquella amariposada,
aquella cristalina,
aquella de mirada fija y resolutiva.
hoy
-digo hoy pero es cualquier día-,
hoy aprendí que a quien maneja el tiempo
solo le falta aprender a desmanejarlo,
dejarlo ser por sobre todas las cosas,
observar nuevamente la nube anaranjada,
que en otros poemas era gris,
y perderse en las historias ficcionales
de quien posee, en un momento de locura,
miedo,
ternura,
pasión,
incomodidad.
que la luna sea nuestro nuevo destino,
o mejor un barco,
o mejor un bosque de espejos,
o mejor,
tal vez,
unos ojos mirando la luna,
como si fuese ella la verdadera belleza,
la bella verdad.
que en el camino haya piedras gigantes,
un río escondido, un tigre de bengala.
pero que esta vez tengan otras voces,
otros designios,
que nos muestren el camino errado
y el correcto,
y que el uno sea el otro
y el otro un laberinto:
que haya puertas para abrir en cada capítulo,
que haya códigos y anagramas,
romances equivocados, pasionales u olvidables.
que encuentres un momento
para pedirte perdón,
tal vez sobre una roca en lo alto,
tal vez entre las sábanas de una cama regalada.
tal vez, en Salvador de Bahía, picante.
que el mar, nuevamente,
nos dé vueltas incontrolablemente,
al borde de una muerte de placer:
sal, arena, infinito, tiempo, coincidir.
que no sean números:
que esta vez sumemos símbolos,
los contrapongamos:
hagamos un ajedrez de cosas y después,
en la caverna,
ver el otro lado del tablero
hay ramas!
hay agua!
hay gente!
que te sorprendan siempre les amigues,
que te abracen,
que te duelan como tiene que ser
algunas veces.
pero sobre todo,
bailemos esta danza.
ya empieza!
ya termina!
rápido!
la última!
rápido!
la primera!
y así,
se entiende?
*Emi
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